Si aprendo a conocerte,
entonces te amaré
y seguiré tus huellas,
Jesús de Nazaret (Bis).
Manos que cuando tocan proclaman libertad,
mirada que descubre lo bueno de la gente,
caricias que devuelven la luz a ojos cegados.
Brazos que están abiertos a quien es diferente,
comiendo con los hombres por todos rechazados,
secando con ternura lágrimas de mujer,
llorando por tu amigo apenas sepultado,
perdonando a ese hijo que se atreve a volver.
Tus pasos te encaminan a una muerte temprana,
tu boca habla verdad con palabra valiente.
Denuncias con firmeza a quien el mal proclama,
mientras das esperanza a quien roto se siente