Que sea mi vida la sal.
Que sea mi vida la luz.
Sal que sala, luz que brilla.
Sal y fuego es Jesús.
El que me sigue en la vida,
sal de la tierra será,
mas si la sal se adultera,
los hombres la pisarán.
…
Sois como la luz del mundo,
que a la ciudad alumbra,
esta se pone en la cima,
donde el monte se encumbra.
…
Que brille así vuestra luz,
ante los hombres del mundo,
que palpen las buenas obras,
de lo externo a lo profundo.